TV con servicios de streaming
por Ruben Farías profile image Ruben Farías

La saturación del streaming

La cantidad de servicios de streaming disponibles está acabando con una industria relativamente nueva y parece que las cosas no cambiarán pronto.

Corre el año 1997 y para Reed Hastings lo que sería un dolor de cabeza hasta ese momento, se convertiría en la revolución mediática más explosiva del Siglo XX.

Cuenta la historia que, en una de esas tantas noches, cuando Blockbuster dominaba la industria del entretenimiento (principalmente al no tener competidores y no ser necesarios en una industria en crecimiento), Reed olvidó devolver una película rentada. La multa sería un problema y harto de este modelo de negocios tuvo la idea que revolucionaría al mundo del entretenimiento: Crear su propio sistema de renta de películas. Netflix estaba por nacer.

Pasaron los años y Netflix no solo demostró ser un proyecto interesante, sino que, también democratizó el contenido "on demand". Acabó con el dominio del videoclub por excelencia y fue una de los pilares de la revolución tecnológica del Siglo XXI.

Cuando las grandes compañías fijan sus ojos en un modelo de negocios exitoso, solo hay una opción: replicar y obtener la mayor cantidad de ganancias posibles.

Disney, Warner, ViacomCBS y muchas otras compañías se habían mantenido al margen compartiendo sus producciones con Netflix. Pero no todo podía quedar ahí, compartir no es una opción en una industria de millones de dólares.

El origen de la saturación

¿Qué tienen en común Disney+, Star+, HBO Max, Paramount+, Prime Video y otros cientos de servicios? Todas han querido probar las mieles del éxito de Netflix. Es por esto que cuando estas plataformas fueron oficialmente anunciadas, las redes sociales estallaron y comenzó la segunda ola de la democratización del contenido, esta vez con nuevos escenarios y nuevas cartas puestas en la mesa.

Ahora cada casa productora podía ofrecer sus producciones de toda la vida, como clásicos de antaño y futuras producciones originales. Esto provocó un masivo consumo por parte de la población, nuevos suscriptores cada día y producciones aclamadas tanto por la crítica como por los fanáticos. Se comenzó a generar una bola de nieve en la que todo el mundo era partícipe, pues los precios a los que se podía acceder a estos contenidos eran accesibles.

Cuando ya no tienes nada que ofrecer

Llega un punto en que sencillamente el usuario se cansa y ya no encuentra satisfacción en el consumo diario de streaming. Ya de nada sirve que WarnerMedia anuncie tres nuevos reboots de Batman, Prime Video ofrezca una nueva temporada de The Boys y Disney saque la versión número 500 de un clásico renacentista.

Simplemente, ya no es lo mismo, y el estar en "la conversación" del día a día crea una ansiedad falsa, con el fin de buscar un sentido de pertenencia para no sentirse excluido. Esto a la larga termina perjudicando al usuario final.

Todo esto lleva a que cada vez el usuario se sienta más confundido. Sumado a que, hoy por hoy, a las marcas no le interesa cuántos productos de su compañía consumas, lo que les interesa es tu atención. Que decidas pasar tiempo en su plataforma y no en otra. De esta forma generan un engagement pasivo.

Esto conlleva a una saturación agotadora que termina cansando al público objetivo y genera una sobresaturación de contenidos que no hay usuario que logre aguantar.

Una crisis prevista, un negocio que llega a la cresta de la ola

Todos estos factores han llevado a la plataforma que originó todo a tomar distintas decisiones, por ejemplo un plan con anuncios, imposibilidad de compartir cuentas con usuarios fuera de nuestro círculo familiar y limitaciones en cuanto a conexiones simultáneas.  

Claro está que muchas plataformas seguirán este mismo camino, pero otras aprovecharán para aumentar sus usuarios. Como puede ser Disney, que sus principales ingresos no los adquiere de suscripciones a su servicio de streaming, sino a través de entradas a parques temáticos, merchandising y estrenos en salas de cine.

Lo mismo ocurre con Prime Video, que pareciera que tuviera su plataforma "On Demand" solo porque el mercado lo requiere o porque necesita existir para cubrir una necesidad de competir, pero que su enfoque siempre se ha basado en el comercio electrónico y en solucionarle problemas al consumidor a través de sus servicios de envíos.

Muchas decisiones y muchos caminos se han tomado a partir de estos últimos 10 años, y así como toda idea innovadora, puede que ya estemos llegando a un punto de agotamiento donde la curva empiece a decrecer para estabilizarse, y así, sin posibilidades de ascensos meteóricos, solo le quede al consumidor decidir qué hacer con lo que el mercado le ofrece.

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