La psicología y diseño de los rabbit holes digitales
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por Diego Almao profile image Diego Almao

La psicología y diseño de los rabbit holes digitales

Saber más de tu película o serie favorita puede llevarte a un foro conspiranoico en unos cuantos clics. ¿Cómo es esto posible?

De un tiempo para acá, TV Tropes se volvió una de mis peores enemigas.

Se trata de un sitio dedicado a identificar y describir los tropos incluidos en obras de distintos medios narrativos. Sean cine, serie, música, videojuegos, historietas, novelas visuales u otros medios, el sitio presenta cómo la obra usa dichos tropos en su narrativa, sus personajes, y más.

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En narrativa, un tropo es un recurso o patrón común que se usa para construir una historia y permitir que sea más reconocible.

Como cualquier sitio de Internet, TV Tropes incluye hipervínculos que relacionan elementos comunes, ayudando a que el usuario navegue mejor el sitio web. Esto hace posible que una persona interesada en el tropo de la damisela en apuros, por ejemplo, llegue al del héroe, el Efecto Dulcinea, y otros.

Llegué a este sitio web por un manga: Blattodea. La página me dio mucha información sobre las bases y elementos que construyen la historia y sus personajes, pero fue meses después cuando de verdad me sumergí en el sitio por medio de otras cosas que me gustan. Hoy en día, es un espacio digital que consume tiempo que podría usar en algo más productivo. Prefiero no calcular cuánto.

Una madriguera hecha de bits y bytes

Todos concuerdan en que Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, es el trabajo más influyente de Lewis Carroll. Aquí, la protagonista descubre un lugar extraño, habitado por seres surrealistas y donde las cosas no son tal cual como nuestro mundo. La aventura comienza cuando ella cae a través de un agujero de conejo que sirve de puente entre esa realidad y la nuestra.

Aunque no sucede precisamente lo mismo, abrir el navegador nos acerca a una situación similar. En el contexto de Internet, hablamos de rabbit hole para referirnos a las situaciones donde nos sumimos profundamente en un tema o actividad, invirtiendo mucho más tiempo del necesario y yendo más allá de lo que necesitábamos en un comienzo.

La periodista Kathyryn Schulz escribió un artículo donde reflexiona sobre el valor cultural de la frase «caer en el agujero de conejo» y que nos ayudará a complementar esta definición:

En su sentido más puramente carrolliano, caer en una madriguera de conejo significa tropezar con una realidad alternativa extraña y desorientadora. Sin embargo, hoy en día, cuando decimos que hemos caído en la madriguera del conejo, rara vez nos referimos a que hemos acabado en algún lugar psicodélicamente extraño. Nos referimos a que nos interesamos por algo hasta el punto de la distracción, normalmente por accidente y a un nivel que el tema en cuestión no parece merecer.

El proceso tiende a ser el siguiente:

  1. Un día (puede ser cualquiera), Diego escucha una canción de The Strokes y se pregunta por el significado de la letra.
  2. Luego hace una búsqueda rápida en Internet y encuentra lo que necesita, sea un artículo, pódcast, video, u otro formato.
  3. Diego piensa «coye, hay otra canción de The Strokes que me interesa». Hace una segunda búsqueda, ve un video o artículo relacionado, entra a un hipervínculo, etcétera.
  4. De nuevo, nuestro joven protagonista encuentra lo que buscaba, pero ve otra cosa que le llama la atención...
  5. Y se encuentra con un artículo que detalla la relación entre el garage rock con el rock clásico de los setentas.

En sí, los agujeros de conejo no son peligrosos, pues pueden suceder por una genuina necesidad de entender un tema por fines investigativos, laborales o de entretenimiento. El problema surge cuando se vuelve una actividad recurrente o prolongada, pues nos hará perder la noción de tiempo e impactará negativamente en nuestra productividad.

La psicología de los agujeros de conejo

Hay dos maneras clave de explicar los rabbit holes, desde los factores psicológicos o los tecnológicos. Respecto al primero, dos estados mentales clave para el tema son la curiosidad y la sorpresa.

Cada vez más curioso

De fondo, caer en un agujero de conejo tiene mucho que ver con la curiosidad humana, nuestro interés por conocer más y más de algo, especialmente si ese algo llama nuestra atención, ya que nos motiva lo suficiente para sumirnos en él.

En 1994, el investigador y profesor de psicología George Loewenstein propuso una definición de curiosidad. Para él, se trata de "una privación cognitiva inducida que surge de la percepción de una laguna en el conocimiento y la comprensión".

Gato asomado por una ventana
Imagen de Froggy en Unsplash.

En un estudio de 2016, los investigadores Celeste Kidd y Benjamin Y. Hayden proponen entender la curiosidad como una pulsión (drive state), un estado motivacional interno que impulsa al organismo a realizar acciones específicas y cumplir objetivos que garanticen su supervivencia y reproducción. En esta categoría, además de la curiosidad, encontramos:

  • Sed.
  • Hambre.
  • Sueño.
  • Deseo sexual.
  • Afiliación social.

Así como el hambre nos impulsa a comer, el sueño a dormir, y la sed a beber, la curiosidad lleva a las personas a buscar información, pues, desde la perspectiva de Loewenstein, estaríamos a merced de una brecha que nos vemos impulsados a llenar con datos.

El factor sorpresa

Además de la curiosidad, la sorpresa es otro estado mental que explica la psicología detrás de los agujeros de conejo. Podemos definirla como una emoción y estado mental que responde a un suceso nuevo, extraño o inesperado.

En los últimos años, algunas investigaciones han señalado que la sorpresa es un factor clave en el aprendizaje y desarrollo cognitivo. En un estudio de 2011 liderado por el Dr. Sid Kouidel se indicó que los eventos sorpresivos desencadenaban una rápida activación neuronal, particularmente en la corteza prefrontal y el hipocampo. Estas son regiones asociadas al aprendizaje, la atención y la memoria.

Representación del cerebro humano.
Imagen de Milad Fakurian en Unsplash.

La razón de ello es que nuestro cerebro redirige su atención hacia el evento sorpresivo, lo que permite procesar la información de manera más profunda y significativa para impulsar la toma de decisiones. Es una alerta, un llamado de atención.

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Junto a esto, como la sorpresa nos aborda de la nada, nos impulsa a reajustar nuestros modelos mentales, lo que impulsa la flexibilidad cognitiva.

En el plano de los rabbit holes, la sorpresa es un factor que impulsa la curiosidad y el interés por explorar, ya que nuestro cerebro busca comprender por qué sucedió lo inesperado. Así, se enfoca en buscar explicaciones y descubrir patrones, lo que refuerza el aprendizaje.

Un mundo hecho para la inmersión

Hay elementos psicológicos que explican el porqué terminamos leyendo filósofos transhumanistas si lo que queríamos era entender mejor nuestra película favorita. Sin embargo, esto solo es posible gracias a la estructura hiperconectada de Internet y la función de los algoritmos. Empecemos por el primero.

Un punto une otro punto, otro punto lleva a otro

En su libro Hipermediaciones: elementos para una teoría de la comunicación digital interactiva, el investigador y teórico de la comunicación Carlos Scolari habló un poco sobre el crecimiento de internet, enfatizando su carácter de red de redes:

El crecimiento exponencial de la red de redes ya no se detendría. En 1992 Internet alcanzó los 600 mil hosts y articulaba unas 7.500 redes (1 millón de ordenadores) y en el año 2000 superó los 300 millones de usuarios (el 5% de la población mundial). Su estructura abierta la convierte en un gran organismo vivo, dinámico y en permanente evolución.

La primera frase de este artículo comenzó con un enlace hacia un sitio web. Hacer clic te llevará a él, que a su vez contiene enlaces hacia páginas internas o externas que también contendrán links hacia otros lugares. Esta red infinita de enlaces conforma el entramado de Internet, y es la manera más rápida posible de viajar de un punto a otro.

Los contenidos que consumimos en Internet están profundamente vinculados entre sí por los enlaces. Así como los tropos son atajos narrativos en la construcción y lectura de una obra de ficción, los enlaces sirven como atajos de navegación que ayudan a los usuarios a ir y venir entre contenidos similares sin necesidad de buscar.

Por supuesto, el principal propósito de los enlaces no es hacer que la gente pierda tiempo descubriendo su animal espiritual o qué tipo de mantequilla son, pero la manera en que ofrecen salidas inmediatas de un lugar hacia el siguiente consitituye una posibilidad latente que refuerza el viaje continuo y excesivo de los agujeros de conejo.

Agujeros algorítmicos y revelaciones

Son las 10 PM, y a María le gustan mucho los videojuegos. Uno de sus favoritos es Final Fantasy VII, tanto así que buscó un video en YouTube que explica la cronología del universo del juego, contando precuelas y secuelas. A su derecha, YouTube le recomienda videos relacionados:

  • Historia completa de Crisis Core: Final Fantasy VII Reunion
  • Final Fantasy VII: el juego que marcó toda una generación
  • FF7 Lore: Resumen Before Crisis
  • Crisis Core Final Fantasy VII: La historia en 1 video
Captura de pantalla.

María no necesita todo esto, solo vino por un video y nada más... pero las posibilidades están allí. Ella piensa "no me hará daño ver de nuevo las cinemáticas". Hace clic en el tercer video, y de un momento a otro, está en un foro sobre el impacto de la corriente cyberpunk en la cultura popular. Son las 3 AM del lunes, y tiene clases a las 7.

Sí, María tiene responsabilidad en esto. De haber tenido la voluntad suficiente, habría visto nada más el video que había buscado en un comienzo y ya. Sin embargo, su algoritmo de YouTube le acercó contenido que, con base a su historial de búsqueda, es muy probable que le llame la atención y la impulse a permanecer en el sitio por otro rato más.

En el plano digital, los algoritmos son instrucciones que filtran, ordenan y presentan información. Sea una red social, e-commerce, servicio de streaming o buscador, los algoritmos analizan el comportamiento e historial del usuario para ofrecer cosas que deberían interesarle, personalizando su experiencia al acercarle contenido similar al que ya le ha interesado en el pasado.

La manera en que funcionan los algoritmos permite que sucedan agujeros de conejo como el de nuestra amiga María; gente envuelta en un flujo de información ajustada a sus intereses que, sin el debido cuidado, puede arrastrarlos y consumir su tiempo entre más y más profundizan en un tema.

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Junto a los rabbit holes, otro posible riesgo de los algoritmos es ¿Cómo nos afecta el filtro burbuja en Internet?

¿Por qué salir de un rabbit hole es difícil?

Podemos estar de acuerdo en que los rabbit holes son uno de los principales enemigos de la gestión de tiempo.

Es imposible procesar correctamente toda la información que se puede tener a la mano con ellos, llegará un momento donde no podremos entender las páginas, podcasts y videos que se nos atraviesen por un tema de fatiga mental. Aun así, es bastante probable que continuemos por otro rato hasta que decidamos salir trepando del agujero.

Volviendo a los factores psicológicos, y retomando el carácter de la curiosidad como pulsión, el no poder concentrarnos en una tarea urgente o prioritaria mientras caemos en un agujero de conejo sucede porque el cuerpo entiende la búsqueda de información como algo vital para la supervivencia. Abandonar la búsqueda de datos iría contra nuestro instinto y autopreservación.

Por su parte, del lado de la tecnología, la estructura de Internet y de las redes sociales fomenta la retención de las personas en el espacio digital. Al tener diferentes caminos posibles para navegar y contenidos que coincidan con el interés de las personas, los usuarios encontramos varios estímulos que promueven nuestra permanencia en la red y dejarnos atrapar por ella.

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Además de los algoritmos, otro factor es el scroll infinito. Conoce su impacto en la experiencia digital

A diferencia de Alicia, nosotros no nos encontraremos con la Reina de Corazones, sino con algo capaz de ser completamente distinto a nuestro interés inicial. Así funciona Internet.

Los rabbit holes están a un clic de distancia. Cualquier página, podcast o video puede ser el agujero que nos haga descender a límites insospechados si nos descuidamos lo suficiente y perdemos de vista lo realmente importante. Internet se estructura de manera que eso sea posible y probable si entramos en los lugares y enlaces precisos.

Todo esto nos recuerda lo absorbentes que son las plataformas digitales y cómo no debemos descuidarnos al usarlas. Si bien caer en un agujero de conejo no nos matará, sí representa una situación perjudicial para la gestión de nuestro tiempo y capacidad de atención.

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