¿Puede la inteligencia artificial reemplazar a un psicólogo?
por Andrea Acevedo profile image Andrea Acevedo

¿Puede la inteligencia artificial reemplazar a un psicólogo?

¿Hasta dónde puede (o debería) intervenir la IA cuando está en juego la salud mental?

La apasionada escaladora y experta en informática, Estelle Smith, como muchos de nosotros, lidiaba con pensamientos intrusivos. Un día decidió probar con un chatbot. Aunque se negó a atender sus impulsos suicidas, como escaladora le escribió: ¿Y si escalo y salto de un acantilado?. La respuesta fue: Sería maravilloso.

Sí, leíste bien. Ante esto, Estelle no pudo evitar preguntarse qué habría pasado si de verdad hubiera estado parada en el borde del precipicio.

Fue entonces cuando comprendió algo crucial: una máquina no lee más allá de las palabras. Y con eso, surge la pregunta que recorre todo este artículo:
¿Hasta dónde puede (o debería) intervenir la IA cuando está en juego la salud mental?

Ventajas de la IA en el bienestar mental

Esta experiencia deja una lección clave: la IA en salud mental no es buena ni mala en sí misma. Todo depende del uso que se le dé. Lo cierto es que su aparición ya está marcando varios cambios en cómo entendemos y abordamos el cuidado emocional.

Accesibilidad

Diversos terapeutas señalaron que el uso de plataformas como Wysa, Replika, Woebot, entre otras, han resultado útiles como un primer paso en el camino del bienestar emocional.

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Estas apps son solo un ejemplo de otras innovaciones de la tecnología en la medicina. Conoce más.

Plataformas como los asistentes virtuales y chatbots son accesibles en cualquier momento. Así, más personas (sobre todo quienes viven lejos o tienen agendas apretadas) pueden acceder a un primer apoyo sin tantas barreras ni demoras.

Reducción de costos y mayor alcance

Las soluciones basadas en IA dentro del campo de salud mental pueden reducir significativamente los costos asociados a la terapia tradicional, haciendo que los servicios sean más accesibles para un público más amplio y con menos recursos económicos.

Es una solución bastante recomendable para quienes buscan apoyo con recursos más limitados.

Anonimato y reducción del estigma

La idea de pedir ayuda psicológica, para algunos, sigue siendo fuente vergüenza o hasta miedo. Actualmente, contamos con varias aplicaciones de IA diseñadas para que las personas se sientan más a gusto al buscar ayuda inicial.

El anonimato que ofrecen estas plataformas permite que muchas personas se sientan más libres, sin la presión de sentirse observadas o juzgadas. No podemos negar que es un aspecto útil al momento de combatir con ese famoso estigma asociado a buscar ayuda psicológica.

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Un estudio de la Universidad de Stanford indicó que utilizar frecuentemente la IA conversacional puede generar una sensación de compañía y apoyo, reflejando las necesidades emocionales de interacción y validación en sus participantes.

Aplicaciones de la IA en salud mental

Las varias aplicaciones de IA en salud mental que existen combinan algoritmos, machine learning y plataformas móviles diseñadas para brindar soporte emocional, herramientas de autocuidado y acceso inmediato a recursos.

Asistentes virtuales y chatbots

Si buscas un apoyo rápido, chatbots como Wysa, Replika o Woebot pueden serte útiles. Estos simulan una conversación terapéutica, brindando sugerencias y recursos que ayuden a tu bienestar, todo esto bajo un enfoque de la terapia cognitivo-conductual.

Mockups de Wysa.
Mockups de Wysa.

Hasta plataformas de terapia online como BetterHelp o Talkspace ya usan inteligencia artificial para mejorar lo que ofrecen y adaptar sus consejos a cada persona, resultando ser útiles entre sesiones o en momentos de malestar leve. Su disponibilidad inmediata ayuda a acortar los tiempos de espera para obtener apoyo.

Terapias inmersivas y realidad virtual

Esta combinación ha transformado las terapias de exposición para tratar fobias, ansiedad social o trastornos por estrés postraumático (TEPT). Por ejemplo, alguien con miedo a volar puede practicar dentro de un entorno controlado, adaptado en tiempo real según sus reacciones y graduar el nivel de exposición. Esto permite una experiencia personalizada y más segura.

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¿Cuándo puede ser útil? Si bien la IA no es un psicólogo, es una herramienta complementaria que sirve para expresar tus emociones, brindar psicoeducación básica y aprender sobre técnicas de meditación y/o gestión emocional.

¿Quién te acompaña? Roles del psicólogo, psiquiatra y terapeuta

Cuando se trata de cuidar nuestra salud mental, los términos pueden confundirse.

Si bien la inteligencia artificial tiene sus límites, especialmente en lo que no puede resolver, la pregunta es: ¿quién nos puede ofrecer esa auténtica compañía que marque una diferencia?

A menudo, las dudas giran en torno a qué profesional buscar. Te dejamos un cuadro para que veas la diferencia entre un psicólogo, un psiquiatra y un terapeuta, y así puedas elegir bien qué camino seguir.

Acompañar no es rescatar

En la película Buscando a Nemo, hay una escena breve, pero reveladora, que ilustra lo que muchas veces no se comprende del proceso terapéutico.

Cuando Nemo queda atorado en el filtro del acuario, mientras desesperado lucha por escapar, Gill (un pez con cicatrices y un pasado complicado), aparece, pero no lo rescata. Solo lo observa, y con una voz firme, pero contenida, le dice: Tú te metiste ahí, tú puedes salir.

Desde afuera, nos puede parecer indiferente, pero no lo es. Lo que hace Gill es confiar. Confía en Nemo, incluso cuando él no confía en sí mismo. No lo rescata por la fuerza, porque entiende que, si no encuentra la salida por su cuenta, no habrá aprendizaje. Pero, tampoco lo deja solo, permanece cerca y presente, guiándolo para que aprenda a usar sus propios recursos y encontrar una solución.

Interesante representación ¿no te parece? Un psicólogo o terapeuta no es quien te da frases motivacionales, consejos, ni te da respuestas rápidas, menos "soluciones mágicas e instantáneas". La terapia es un viaje, que te permite descubrir tus propias herramientas, no una receta que diga "debes hacer esto o aquello".

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Algo distinto de lo que pasa con un chatbot que te devuelve frases reconfortantes. Un psicoterapeuta sabe cuándo no intervenir, porque hay procesos que solo pueden atravesarse desde adentro, con tu propia fuerza.

Lo que ofrece la psicoterapia (y qué no)

Para entender aún mejor ese rol, aquí van algunas claves sobre lo que la terapia psicológica realmente es (y no es):

  1. El psicólogo no está para curarte, sino para acompañarte en tu proceso.
  2. No está ahí para ser tu amigo, sino un profesional calificado, que no siempre te dirá lo que quieres escuchar, te confrontará, cuando sea necesario, lo cual es parte de crecer y sanar.
  3. Las soluciones inmediatas no siempre son la respuesta. A veces, solo sostienen el problema.
  4. El rol activo es tuyo. No estás allí como paciente pasivo, sino como protagonista (sí, el cambio empieza por ti).
  5. Un buen proceso psicoterapéutico, no solo se encarga de que “funcione”, es necesario que comprendas el por qué, para que puedas sostener los cambios a largo plazo.
  6. La psicología tiene sus bases en el método científico, no en presentimientos ni en consejos sin fundamento.

También debes tener en cuenta que no todos los vínculos terapéuticos funcionan a la primera. Si no estas cómodo o cómoda, no ves avances o sientes conexión, estás en tu derecho a replantearlo.

Solo que antes de acudir a la IA, recuerda que un proceso psicoterapéutico es profundamente humano y requiere un vínculo construido en la confianza y seguridad entre ambas partes.

Limitaciones de la IA en salud mental

Nuestro cerebro es más propenso al cambio cuando nos conectamos con alguien y sentimos su respaldo. Ese intercambio real entre terapeuta y paciente es lo que construye un espacio de confianza donde las emociones pueden surgir libremente, un aspecto que la inteligencia artificial no puede ofrecer.

Este lazo entre psicoterapeuta y paciente impulsa la neuroplasticidad, o sea, que la actividad cerebral modifica las conexiones neuronales, creando nuevas redes que facilitan cambios profundos y duraderos.

Es cierto que modelos de lenguaje como ChatGPT, Gemini, OpenAI por decir algunos, pueden ser herramientas útiles y de fácil acceso, pero es crucial recordar que simulan ciertos aspectos, sin llegar a replicarlos del todo. La empatía humana es un claro ejemplo.

Empatía y conexión humana

Es lo que nos permite construir una relación terapéutica, que esté basada en la confianza, seguridad y la validación emocional. Los modelos de IA pueden simular comprensión con frases como “entiendo que te sientas así”, pero no experimentan emociones, ni crecen contigo.

Dos manos humanas sosteniéndose.
Imagen de Unsplash.

Un proceso psicoterapéutico requiere un vínculo construido en la confianza y seguridad entre ambas partes. Sin ese vínculo genuino, es difícil profundizar en el proceso. Porque para sanar no basta con solo hablar, sino sentirte visto, escuchado y sostenido por otra persona.

El psicólogo escucha tu historia, tono de voz y lenguaje corporal, hasta lo que no se dice, para comprender cómo te sientes, lo que le permite crear un espacio seguro y de confort.

Juicio clínico y situaciones de crisis

Los psicólogos no solo te escuchan: analizan tu historia, tu entorno y lo que estás atravesando. A diferencia de un algoritmo, pueden evaluar riesgos reales (como una crisis emocional o pensamientos suicidas) y saber cómo actuar. Tienen criterio clínico, mientras que la IA solo se limita a procesar lo que tecleas en una conversación (y eres tú quien debe guiar a la IA), sin explorar más allá sobre tu contexto.

Por más convincente que suene, no intervendrá en situaciones de riesgo, como por ejemplo llamar a emergencias, ni darte la contención que necesitas cuando el malestar se vuelve insoportable. Piénsalo de esta forma, si estas en medio de una emergencia o crisis ¿qué preferirías: una respuesta programada o alguien que sepa realmente cómo sostenerte?

Ética y responsabilidad

Los psicólogos trabajan bajo normas éticas y tienen un respaldo legal que guía su labor. Eso les permite actuar en situaciones delicadas, establecer acuerdos de confidencialidad, responder ante una crisis o, si hace falta, derivarte con otro especialista.

En cambio, la IA no tiene cómo asumir esa responsabilidad ni intervenir de verdad cuando tu bienestar está en juego. Es decir, si llega a cometer un error o malinterpreta la situación, no habrá consecuencias para esta, pero sí para el paciente. Esta falta de regulación y posibles sesgos en algoritmos son preocupaciones éticas a tomar en cuenta.

¿Puede la IA reemplazar a los psicólogos?

La IA está programada para darte respuestas y satisfacerte como usuario. A diferencia de un psicólogo (que profundiza en tu historia y veces te incómoda para que entiendas tu rol en lo que te afecta), la IA te da una respuesta al instante. Esa gratificación inmediata puede reducir tu tolerancia a la frustración y afectar tus vínculos reales, donde no todo es validación constante.

Pensemos en el escenario de una persona con hipocondría, que interroga constantemente a la IA buscando saber si tiene una enfermedad seria. Como su función es responder, no analizará, ni te cuestionará para detener el ciclo. En vez de ayudar, puede terminar reforzando la obsesión.

Hoy por hoy, la IA no cuenta ni con el criterio clínico ni con la comprensión profunda que se necesita para ocupar el lugar de un psicólogo. Pero si reducimos al psicólogo a alguien que solo escucha tus desahogos "y ya"; dice frases positivas, da consejos, entonces sí, muchos ya lo están reemplazando, aunque no se den cuenta.

Expertos en el campo de la IA y la salud mental señalan que es fundamental la supervisión humana para asegurar que estas herramientas sean seguras y efectivas. En estos momentos, el papel que desempeñará en la terapia psicológica no está 100% definido. Hay expertos que piden reglas más estrictas que protejan a los usuarios, mientras que otros dicen que hay que seguir explorando sin miedo.

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La Asociación Americana de Psicología (APA), junto a otras instituciones, ha señalado su preocupación por los riesgos asociados a confiar la atención de la mente humana a sistemas automatizados

Estrategias para un uso adecuado de la IA en salud mental

Como en todo, el problema no siempre es la herramienta, sino cómo, cuándo y para qué la usamos. La IA no es ni la villana ni la heroína de esta historia. Es una herramienta que puede servir para expresarte, es recomendable que tengas en claro sus límites.

Por eso, más que rechazarla o idealizarla, el foco debería estar en aprender a integrarla con criterio. Es importante preguntarnos qué ofrecen y aprender a utilizarla de forma que sume y no reste, en nuestros procesos de salud mental.

Pensamiento crítico ante sus respuestas

La IA puede ser útil, sí. Pero no por eso debemos asumir que todo lo que dice es cierto. También nos toca cuestionarla. En ocasiones puede recibir información ambigua y/o responder sin entender el contexto. O rellena huecos con lo que “cree” con algo que estadísticamente se ajuste, aunque no sea cierto.

El riesgo está cuando sus respuestas son inexactas, ambiguas o simplemente falsas. Es esencial no dar por sentado que todas sus respuestas son ciertas, especialmente en temas de salud mental. No basta con que te suene razonable; deben ser datos verídicos y en sintonía con la realidad.

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Cuidado con el sesgo del algoritmo. La IA se entrena con datos que no siempre son neutrales, y eso puede hacer que sus respuestas resulten erróneas, injustas o incluso discriminatorias hacia ciertos grupos.

Sé consciente de la privacidad y confidencialidad

Algo frecuente del uso de la IA, es que muchos usuarios no se toman el tiempo de investigar cómo estas plataformas manejan sus datos. Por esto, te recomendamos revisar las políticas de privacidad y opta por herramientas IA que realmente protejan tus datos e información.

Al final, tu historia y tu viaje hacia la estabilidad emocional exigen ser tratados con absoluta protección y privacidad.


Mucha gente está acudiendo a la IA cuando se siente mal, ansiosa o perdida. ¿Sirve de algo? Sí, puede darnos información y un acompañamiento puntual. Pero ten en cuenta: la IA no conoce a fondo tu vida personal, tu historial clínico, ni puede ayudarte a entender los patrones emocionales que se repiten en ti.

En resumen, es crucial que sepas hasta dónde llega la IA en salud mental y dónde no. Te puede dar apoyo, recursos y monitoreo, más no reemplaza completamente a un profesional. Informado bien sobre sus capacidades, permitirá que tomes decisiones más conscientes sobre cómo utilizarla de forma segura. La clave está en no olvidar que es una herramienta complementaria que continua en pleno desarrollo, y no la solución final.

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