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Comunidades digitales: una experiencia más significativa para los usuarios
por Isaac Fernández profile image Isaac Fernández

Comunidades digitales: una experiencia más significativa para los usuarios

Internet es un lugar importante para conectar con distintos tipos de iniciativas y causas. Así es como las comunidades pueden crear mejores experiencias.

Los seres humanos somos también seres gregarios, es decir, que tendemos a buscar siempre la comunión junto a nuestros similares para sobrevivir, especialmente en contextos complejos donde la incertidumbre toma el control. Al elegir lo contrario, las capacidades del individuo quedan reducidas y con ellas el potencial de objetivos alcanzables como grupo o sociedad. En el campo digital, donde pareciera que dedicamos más tiempo que al físico luego de unos años transformadores, no resulta tan distinto.

Los tiempos han cambiado, pero el paradigma se mantiene. Actualmente, la comunicación digital está siendo constantemente moldeada por las tendencias y el rumbo dinámico que toma Internet como ecosistema. La rapidez y lo drástico de los cambios también han significado un mayor reto para personas, marcas e instituciones que han pasado recientemente a la digitalización, y cuyos conocimientos acaban de empezar a adquirirse. Las soluciones requeridas para los retos en línea no siempre se obtienen de experiencias en el mundo físico.

Principios de Internet: Los pilares

Si hacemos un repaso hacia las bases del Internet, podemos ver que existen principios que han determinado la personalidad de la red y la intención en su construcción y desarrollo. Estos han ido evolucionando para adaptarse a nuevos debates. Veamos los más relevantes para este tema, según la IRPC:

  1. Universalidad e igualdad: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, que deben ser respetados, protegidos y cumplidos en el entorno online.
  2. Expresión y asociación: Toda persona tiene derecho a buscar, recibir y difundir información libremente en Internet sin censura ni interferencias, y todos tienen derecho a asociarse libremente a través de Internet, con fines sociales, políticos, culturales o de otro tipo.
  3. Confidencialidad y protección de datos: Toda persona tiene derecho a la privacidad online. Esto incluye el no ser vigilado, el derecho a utilizar cifrado y el derecho al anonimato.
  4. Diversidad: La diversidad cultural y lingüística en Internet deben ser promovidas, la innovación técnica y política deben alentar y facilitar la pluralidad de expresión.
  5. Igualdad: Todo el mundo tendrá acceso universal y abierto a los contenidos de Internet, libre de priorizaciones discriminatorias, filtrado o control de tráfico por razones comerciales, políticas o de otro.
  6. Normas y reglamento: La arquitectura de Internet, los sistemas de comunicación y los formatos de documentos y datos se deben basar en estándares abiertos que garanticen la interoperabilidad completa, la inclusión y la igualdad.

Estos principios, vistos desde una perspectiva aplicable, reflejan una estructura abierta, diversa y descentralizada donde todos los usuarios participantes tienen un rol importante para sus propios fines o los de un colectivo. Esto nos lleva al tema principal de esta publicación: las comunidades digitales.

Comunidades digitales: un resultado natural

Como consecuencia de estos principios y la ausencia de redes sociales tan masivas y centralizadas como las conocemos, se fueron conformando foros y grupos de discusión en internet que alimentaban la conversación en aquellos primeros años de adopción masiva de la web2, lo que derivaba en numerosas iniciativas como encuentros físicos y la creación de nuevos proyectos en línea.

Lo particular de estos espacios es que mostraban mucha más colaboración e interés por conocer y coincidir con otros usuarios, actividad que luego quedó desplazada por un formato más vertical caracterizado por perfiles pensados desde la estética y el hambre de los followers.

Imagen ilustrativa.

Seguro si eres usuario de Internet desde su expansión global, reconoces casos como los de Xat, Taringa! y comunidades de distintas áreas creadas en Blogger. Para mí, esta es la expresión más pura del Internet antes de la llegada de la web3, que resulta una reivindicación de aquellos principios impulsada por sus propios usuarios.

Una comunidad digital es un grupo de personas con un interés o propósito común que utilizan Internet para comunicarse entre sí. Estas tienen su propio conjunto de reglas y necesidades, como el compromiso, la moderación y la gestión. Higher Logic

No todo es una comunidad

Al día de hoy, podemos decir que el propósito e impacto de las comunidades digitales no ha sido entendido del todo por una parte de la población y sus usos erróneos aún superan los que deberíamos soportar. Por ejemplo, una comunidad digital no es un grupo de seguidores en Instagram o Twitter. Sí podría serlo un grupo específico que interviene en un chat abierto, con valores compartidos y una importancia distribuida que va más alá del creador.

Lo especial de las comunidades digitales es la posibilidad de opinar, contribuir y decidir. Sin esas acciones, la capacidad de influencia de los participantes disminuye y pasan a convertirse en público, más que miembros. Que estas diferencias sean entendidas es importante para la formación de comunidades mejor informadas y estructuradas de ahora en adelante.

Si vemos estas relaciones como una experiencia, podemos afirmar con confianza que las comunidades ofrecen un recorrido mucho más satisfactorio e integral para las personas que desean ser parte de algo y encuentran en Internet el lugar para hacerlo. También hay que aclarar que estamos tratando con un formato accesible que puede adaptarse a cualquier sector e industria, ya que si hay personas interesadas en conversar y participar sobre algo, hay potencial de comunidad.

La importancia de los valores

Los valores resultan ser de los elementos más importantes para que estas comunidades atraigan a personas con principios similares, participen por una causa y puedan perdurar en el tiempo. Muchas empresas, principalmente startups, están utilizando este recurso para tener feedback de calidad y así mejorar constantemente el producto. Tener un canal directo y horizontal con tus usuarios, que creen en lo que haces porque coincide con su por qué de vida, también tiene un impacto en el negocio al reducir sesgos y entender mejor al público para el que estás construyendo la solución.

A nivel comunicacional, como estrategia, resulta interesante hacer parte a los miembros de la comunidad a tu narrativa como marca e institución. Partiendo de las estrategias transmedia, la visión del consumidor ha cambiado y su rol en la actualidad es mucho más activa. De esta concepción nació el término "prosumidor", que representa a un consumidor que también es un productor que influye en las decisiones y aporta, muchas veces, sin esperar nada a cambio. Es mucho más emocionante que creadores y usuarios cuenten una historia en conjunto, pero no todos están listos para esta conversación.

Podrías pensar que este tipo de formatos no es para todos, pero más que el tipo de sector o la causa que impulsa la iniciativa, lo que determina el fracaso al construir una comunidad es el poco tiempo para dedicarle, un propósito dudoso o comunicado incorrectamente y la falta de disposición a escuchar a los miembros que la conforman. Nuevos tiempos requieren nuevas formas de relacionarnos, y si de algo estamos seguros es que este es el momento ideal para abrir tus procesos y permitir que tu idea evolucione sobre un ambiente más diverso y colaborativo.

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