¿Qué es la Inteligencia Artificial?

Es posible que pienses que la inteligencia artificial solo está presente en robots que pueden realizar tareas como seres humanos. También puedes creer que algo puede salir mal en cualquier momento y terminemos en una guerra al mejor estilo de Yo, Robot. La realidad es que la IA está muy presente en nuestra vida cotidiana y sin saberlo interactuamos con ella cientos de veces.

La inteligencia artificial se puede usar para trabajos sumamente importantes, como manejar de forma autónoma enormes fábricas, pero también es posible programarla para realizar tareas tan simples como organizar la galería de imágenes de tu teléfono. Es por eso que la IA convirtió en uno de los mayores descubrimientos de la revolución tecnológica, y lo mejor de todo es que aún no hemos explotado todo el potencial que nos puede ofrecer.

Definiendo a la inteligencia artificial, un asunto complejo

Bueno... para esto no hay una definición aceptada por todos los científicos, y esto tiene sus razones. Debemos tomar en cuenta que a pesar de tener más de 70 años existiendo, es un área muy nueva si la comparamos con otras, además de que está en constante evolución y es bastante experimental. Sin embargo, la razón más importante es que apenas podemos definir a duras penas lo que es la inteligencia humana.

La inteligencia artificial se puede definir en pocas palabras como la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades de un ser humano, como el razonamiento, el aprendizaje y la creatividad.

Inicios de la Inteligencia Artificial

El primer indicio histórico de inteligencia artificial que tenemos se remonta al año 1315. Raul Llull publicó su libro llamado Ars magna, donde asegura que el razonamiento humano podía ser imitado de forma artificial.

Luego de siglos de progresivos avances y desarrollo, nos ubicamos en el año 1950, el año donde se puede decir que la inteligencia artificial se creó formalmente. Alan Turing publicó su investigación llamada Computing Machinery and Intelligence, donde propone una prueba conocida como el test de Turing.

En esta prueba participan dos personas y una computadora. La idea es que el sujeto A haga diferentes preguntas que serán respondidas por la computadora y el sujeto B. Al final de la prueba, el sujeto A debe identificar cuáles respuestas fueron hechas por un humano y cuáles no. Si falla, se considera que la computadora es inteligente.

Ejemplo gráfico del test de Turing.
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Este aporte hizo que Alan Turing a día de hoy sea considerado como el padre de la inteligencia artificial y una de las personas más influyentes del siglo XX.

Formalmente, el término Inteligencia Artificial se usó por primera vez en 1956 por los científicos e informáticos John McCarthy, Marvin Minsky y Claude Shannon, durante una Conferencia de la Universidad de Dartmouth llamada Dartmouth Summer Research Project on Artificial Intelligence.

Durante la época de los 60, 70 y gran parte de los 80, se vivió un "invierno de la IA", esto causado por la falta de buenos resultados en las investigaciones y proyectos que se llevaban a cabo. Esto cambió en 1987, cuando Martin Fischles y Oscar Firschein definieron los 12 atributos que debía cumplir un agente inteligente, los cuales son:

  1. Tiene actitudes mentales tales como creencias e intenciones.
  2. Tiene la capacidad de obtener conocimiento, es decir, aprender.
  3. Puede resolver problemas, incluso descomponiendo problemas complejos en otros más simples.
  4. Capaz de realizar operaciones más complejas.
  5. Entiende. Posee la capacidad de dar sentido, si es posible, a ideas ambiguas o contradictorias.
  6. Planifica, predice consecuencias, evalúa alternativas.
  7. Conoce los límites de sus propias habilidades y conocimientos.
  8. Puede distinguir a pesar de la similitud de las situaciones.
  9. Puede ser original, creando incluso nuevos conceptos o ideas, y hasta utilizando analogías.
  10. Puede generalizar.
  11. Puede percibir y modelar el mundo exterior.
  12. Puede entender y utilizar el lenguaje y sus símbolos.

Esto dio pie a que se iniciaran nuevas investigaciones que generaron un cambio de rumbo: pasamos de intentar imitar el raciocinio humano a emular el funcionamiento completo de la mente. Esto fue una gran evolución que comenzó la edad de oro de la inteligencia artificial.

La edad de oro de la IA

La década de los noventa fue el punto donde la inteligencia artificial dejó de ser un tema del que solo académicos e informáticos conocían, y eso se lo debemos a Deep Blue, la supercomputadora de IBM que en 1997 venció al entonces campeón del mundo de ajedrez Gari Kasparov. Desde entonces la inteligencia artificial pasó a formar parte de la cultura general y poco a poco se adentró en nuestras vidas.

A inicios del nuevo siglo aparecieron en internet pequeños chatbots que ofrecían atención al cliente las 24 horas, pero eran bastante básicos y solo ayudaban a responder cuestiones comunes, pero todo cambió a partir del 2010.

Watson, otra supercomputadora de IBM, ganó el concurso de televisión "Jeopardy!" a sus dos mejores concursantes. Esto puede parecer poco interesante si lo comparamos con lo hecho por su abuelo Deep Blue, pero Watson tenía la capacidad de aprender a medida que funcionaba, además de recopilar información y expresar toda esa enorme base de datos de una forma simple que imitaba la forma de hablar de una persona.

Imagen promocional de Jeopardy.

Watson además sentó las bases del aprendizaje profundo (o deep learning, en inglés), que ese mismo año fue adaptado al público por Apple. A la empresa de la manzana le debemos la que es la primera asistente virtual: Siri.

El 7 de Julio de 2014 se celebró un concurso para conmemorar el 60.º aniversario del fallecimiento de Alan Turing. En este concurso, una IA llamada Eugene Goostman se convirtió para muchos en la primera inteligencia artificial en superar el test de Turing, luego de que el 33% de los jueces considerara que las respuestas de Goostman fueron dadas por un humano. Este mérito es bastante discutido y muchos expertos aseguran que engañar a un tercio de los jueces no es mérito suficiente.

Tipos de inteligencia artificial

La inteligencia artificial se puede clasificar en categorías según sus límites y capacidades. Las siguientes son los tipos de IA que existen en la actualidad, pero también incluimos aquellas que podrían existir más adelante.

  • Artificial Narrow Intelligence (ANI): se trata de la IA más común y la que nos rodea día a día. Este tipo de IA está entrenado para realizar una única tarea específica y ponen a disposición todo su potencial para hacerlo. Ej. Asistentes virtuales.
  • Inteligencia Artificial General (AGI): este es uno de los tipos más complejos, pues es capaz de aprender y resolver diferentes problemas basándose en ese aprendizaje. Esa capacidad de "pensar" en la forma correcta para resolver algo la convierte en la IA que más se acerca a la mente de un ser humano.
  • Superinteligencia Artificial (ASI): como su nombre sugiere, se trata de la IA más potente que existe, pues tiene la capacidad de no solo pensar y aprender, sino que va más allá, llegando a ser autónoma e incluso dar pequeñas muestras de conciencia. Este tipo de IA aún está en desarrollo, pero ya se tienen grandes avances.
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Hace unos meses se hizo viral la noticia de LaMDA, una IA de Google que, según un ingeniero, tenía conciencia propia. Lee nuestro artículo sobre LaMDA aquí.
  • Máquinas reactivas: estas son las primeras versiones de IA y están diseñadas para responder automáticamente a una acción específica, sin la capacidad de aprender. Una de las máquinas reactivas más famosas sin duda es Deep Blue, de la cual ya hablamos más arriba.
  • Máquinas de memoria limitada: el funcionamiento es bastante parecido a la anterior, con la única diferencia que estas cuentan con un pequeño espacio donde almacenan datos que le dan la posibilidad de tomar pequeñas decisiones o realizar acciones simples.
  • Autoconciencia: este sería el nivel máximo que puede alcanzar una IA, y actualmente solo tenemos el concepto como tal y es difícil conocer con exactitud si algún día llegaremos realmente a la autoconciencia. Pues en este punto la inteligencia artificial sería capaz de tomar control de sí misma, entender sobre las emociones y desarrollar sus propias ideas o en pocas palabras ser y actuar como un humano.

La IA está más presente de lo que te imaginas

Los algoritmos de redes sociales o los motores de búsqueda utilizan inteligencia artificial para conocer, entender y ofrecer una mejor experiencia a los usuarios. Esto ha causado cierta polémica, pues muchos usuarios sienten que estos algoritmos están diseñados para captar tu atención y mantenerte en la aplicación la mayor cantidad de tiempo que sea posible.

Foto de Omid Armin en Unsplash

Si bien no está estandarizado en todo el mundo, existe una industria dedicada a implementar IA en los coches para ofrecer una navegación totalmente autónoma. Tesla es una de las empresas más importantes en ese sector y diferentes investigaciones aseguran que los coches autónomos pueden prevenir más de 260.000 accidentes al año.

En la rama de la ciberseguridad, la IA juega un papel clave para evitar ataques, pues esta recopila cientos de datos al día y al momento de detectar actividad sospechosa el tiempo de respuesta es mucho más rápido que el de un ser humano.

El futuro de la inteligencia artificial

2025 está marcado como uno de los años que pueden marcar un punto de inflexión en la forma con la que convivimos con la IA, pues se espera que para entonces el desarrollo tecnologías como la robótica o la realidad virtual se encuentren en su máximo histórico. La IA se puede fusionar con estas herramientas para crear robots inteligentes capaces de realizar tareas con mayor eficacia que un ser humano.

Los números respaldan esto, pues año tras año la inversión de capital en inteligencia artificial ha aumentado y se espera que para 2025 se inviertan más de 30.000 millones de dólares al año en esta tecnología.